Su inicio

Quién iba a pensar que aquella música que fusionaba el sonido country de los blancos y el rhythm and blues de los negros, seguiría vigente 50 años después –cuando en sus inicios no le daban más allá de cinco años de vida-, y que aquél joven nacido en Tupelo, Mississippi un 8 de enero de 1935, se convertiría nada menos que en el Rey del rock, además de en la figura más importante e influyente de la música popular en el Siglo XX.

El rhythm and blues de Fast Domino y el hilbylli de Haw Williams confluirían en un intérprete excepcional: Bill Haley & The Comets. Su canción "Rock around the clock" (1954) sería el comienzo oficial del rock and roll, nombre con el que bautizó a esta música el disc-jokey de Cleveland Alan Freed.

Como precedentes tendríamos al "The Fat Man" (1948) de Fast Domino y "Lawdy miss Clawdy" (1952) de Lloyd Price.

Esta música representaba a los jóvenes disconformes con la sociedad americana. Los combatientes negros de la II Guerra Mundial, que habían luchado codo a codo con los soldados blancos, se encontraron a su regreso con un rechazo racial; al mismo tiempo, los soldados blancos no encontraban trabajo a su regreso. Por lo tanto, ambos bandos no podían participar del mundo feliz que les machacaban sin cesar las canciones en los medios de comunicación, con temas dulces y románticos interpretados por "crooners" como Frank Sinatra, Perry Como, Cloney & Crosby... Los negros se refugiaron en su música rítmica llamada rhytm and blues y los blancos en las melodías del country.

 La música campesina americana, llamada country, nace de la balada británica y de las jigas irlandesas. En las plantaciones de algodón de Mississipi los ritmos africanos, adaptados a las faenas del trabajo y a las manifestaciones religiosas, serían el origen del blues, una música sin ritmo, aspecto que cambiaría después de la liberación de los esclavos y el éxodo de loos negros hacia las grandes ciudades, en las que se ven obligados a adaptarse a un ritmo de vida más frenético, lejos del bucolismo y la tristeza y añoranza de su origen africano. Este fenómeno, junto con la aparición de la guitarra eléctrica, transformaran el blues en un estílo más rítmico en los ghettos negros de Chicago, dando origen al rhythm and blues padre rítmico del rock and roll. Entre otros, uno de sus creadores, en 1949 fué Mudy Waters.

Por otra parte, Hank Williams y Jimmie Rodgers serían los padres del country moderno, un estilo melódico que impregnó al rock and roll con sus melodías cursis, las cuales se disimulaban bastante bien, gracias al ritmo que les imprimía el rhythm and blues.

 

 

El límite de los roqueros blancos eran sus raíces en la música country. Su música era raramente tan poderosa y original como la música de los roqueros negros. Los roqueros negros que desarrollaron un estilo único incluían a Junior Parker, de quien Mystery Train (1954) fue la mejor boda entre el country y el blues, Richard Berry, un intérprete de doo-wop que escribió Louie Louie (1956) para sus Pharoahs (y lo canto en dialecto jamaiquino), Joe Turner, cuyo Shake Rattle And Roll (1957) permanecería como una de las canciones más frenéticas de todos los tiempos. Screamin Jay Hawkins, de Cleveland (Ohio), introdujo vudú en el rock’n’roll con I Put A Spell On You (1956) y cuyas bromas macabras de escenario virtualmente inventarían el rock gótico. Otis Blackwell, un compositor de canciones negro de Nueva Cork,es uno de los héroes no alabados del género: él escribió Fever (1955) para Little Willie John, Don't Be Cruel (1956) y All Shook Up (1957) para Elvis Presley, y Great Balls Of Fire (1957) y Breathless (1958) para Jerry Lee Lewis. El organista de jazz Bill Doggett tendió un Puente entre el blues y el rock'n'roll con la pista instrumental de importancia, Honky Tonk (1956), que de hecho enfatizaba la guitarra y el saxofón.

Eddie Cochran basado en Los Angeles fue quizás el talento más grande de la segunda generación blanca, pero murió a los 22. Summertime Blues (1958) y C'mon Everybody (1958), en las cuales él cubrió todos los instrumentos y vocales, que se alejaban del rockabilly.

El tejano Buddy Holly fue aún más que un "niño prodigio": el también murió a los 22, pero dejó atrás un cuerpo impresionante de canciones. El arquero radicalmente la imagen del rock'n'roll: usando lentes y ropa formal de secundaria, él representaba exactamente lo contrario a los delincuentes juveniles. Su niñez, su optimismo ingenuo contrastaron con el mundo sucio, mórbido de los otros roqueros. Sus letras alcanzaban al niño interno en cada adolescente: estaban hechas de trabalenguas onomatopéyicos y de balbuceos (sílabas, más que palabras, repeticiones tontas, rimas triviales). Su música era pegajosa, pero dispuesta con acompañamientos extraños (aplausos, tom-toms, celesta), destilado del blues, tex-mex, folk, pop y country. That'll Be The Day (1957) y Peggy Sue (1957), una canción de cuna infantil acompañada por uno de los más famosos golpes de tambor en la historia, fueron sus obras maestras del rockabilly, pero Words Of Love (1958), Everyday, It's So Easy y Well All Right ya pertenecían a otro género, una forma de ruido discordante, música melódica cabalgando en la línea entre folk y rock, y arreglado en formas creativas. De muchas formas, Holly fue el primero que los cantautores de la música rock. Último pero no menos importante, sus Crickets forjaron el estándar de la banda del rock: su alineación eran dos guitarras, batería y bajo; ellos escribían su material, y el sonido de sus canciones se apoyaba principalmente en su interpretación (no en músicos de sesión u orquestas).